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La traición al prócer: el día que Belgrano fue arrestado y abandonado

Hace 205 años, el creador d ella bandera fue humillado y abandonado por aquellos a los que intentaba servir.

Historia18/08/2025Redacción EnSanJuanRedacción EnSanJuan

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El 18 de agosto de 1820, en la ciudad de Tucumán, se escribió uno de los episodios más tristes y humillantes de la historia argentina: la detención de Manuel Belgrano.  El héroe de la independencia, fue arrestado, humillado y abandonado a su suerte por los mismos a los que había intentado servir. Este acto, que se produjo en un momento de profunda anarquía política, fue una de las últimas grandes penas que sufrió el prócer antes de su muerte. A 205 años de los hechos, su arresto sigue siendo un doloroso recordatorio de los conflictos que atormentaban a la joven nación.

La detención de Belgrano se produjo en el contexto de la llamada "Anarquía del Año XX", un período de caos político tras la disolución del poder central del Directorio. El país se había fragmentado en facciones rivales, lideradas por caudillos provinciales, y el Ejército del Norte, que Belgrano había comandado con disciplina y sacrificio, se encontraba en un estado de desmoralización total. El prócer, a pesar de su delicada salud, intentó en vano mantener la unidad y el orden, pero la desobediencia y las intrigas de sus propios oficiales debilitaron su autoridad.

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El arresto fue el resultado de una traición orquestada por el propio Bernabé Aráoz, el gobernador de Tucumán a quien Belgrano había apoyado para consolidar su poder. Aráoz, viendo la fragilidad de Belgrano y deseando controlar los fondos y las armas del Ejército del Norte, ordenó su detención bajo el pretexto de un supuesto robo de las armas. Belgrano, que sufría de una grave hidropesía que lo obligó a ceder el mando, fue despojado de su autoridad y puesto bajo custodia, en un acto que evidenciaba el poco respeto que sus pares le tenían. El prócer, que había entregado su vida y sus bienes a la causa de la independencia, fue abandonado a su suerte, sin dinero y en un estado de salud cada vez más crítico.

La detención fue un golpe moral y físico para Belgrano. La humillación de ser tratado como un criminal por quienes se suponía eran sus aliados fue una herida que nunca sanaría. En una carta a un amigo, Belgrano expresó su profunda decepción y su deseo de retirarse a su hogar en Buenos Aires para pasar sus últimos días en paz. Sin embargo, su viaje fue un vía crucis, plagado de dificultades y de la indiferencia de quienes lo habían abandonado. Meses después, en junio de 1820, el creador de la Bandera falleció en su casa, en la más absoluta pobreza, mientras la ciudad se encontraba sumida en el caos.

El 18 de agosto es una fecha que se ha convertido en un recordatorio de la fragilidad del poder y la complejidad de los conflictos políticos. El arresto de Belgrano es un triste testimonio de cómo la lucha por el poder puede eclipsar los ideales más nobles. A pesar de todo, el legado de Belgrano, un hombre de ideales y valores que dedicó su vida a la causa de la independencia, se ha mantenido vivo en la memoria de los argentinos.

FUENTES: Infobae, El Historiador

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