
Un papá y un rey crearon una idea: un gobierno mundial ¿Fracasaron?

Para los estadounidenses si nombre es sinónimo de traición Pero ¿Qué lo motivo?
Historia04/07/2025
Redacción EnSanJuan

Al recordar la Independencia de Estados Unidos, es imposible olvidar figuras que desafían la narrativa heroica. Uno de esos nombres es el de Benedict Arnold, un militar que pasó de ser un aclamado héroe de guerra a encarnar la traición más infame en la historia estadounidense. Su historia, repleta de giros y oscuros pactos, es un recordatorio de las intrincadas pasiones y conflictos que forjaron una nación.
Del Héroe al Traidor
Antes de que su nombre se convirtiera en sinónimo de deslealtad, Benedict Arnold fue un general brillante y valiente del Ejército Continental. Su arrojo en batallas clave, como la captura de Fort Ticonderoga o su papel decisivo en la crucial victoria de Saratoga en 1777, le valieron el respeto y la admiración de sus tropas y del propio George Washington.
En Saratoga, su liderazgo audaz fue fundamental para la derrota británica, un punto de inflexión que convenció a Francia de apoyar la causa independentista. Sin embargo, detrás de la gloria militar, Arnold albergaba un profundo resentimiento por la falta de reconocimiento y los constantes problemas financieros. A pesar de sus sacrificios en el campo de batalla, sentía que el Congreso Continental lo había ignorado y menospreciado repetidamente.
Sus gastos extravagantes y las acusaciones de corrupción alimentaron un descontento que lo empujó hacia un camino oscuro.
El Pacto Secreto y la Figura de John André

La cúspide de su traición llegó en 1780, cuando, al mando del vital fuerte de West Point en Nueva York, Arnold entró en negociaciones secretas con los británicos. Su plan era entregar esta posición estratégica a cambio de una considerable suma de dinero y una alta comisión en el ejército de Su Majestad.
En el centro de esta conspiración se encontraba el Mayor John André, un oficial británico de inteligencia, joven, carismático y con talento artístico, quien actuó como el principal enlace de Arnold. André, quien según fuentes como Britannica o Cooperativa.cl era el jefe de la red de inteligencia del comandante en jefe británico, Sir Henry Clinton, se reunió con Arnold para ultimar los detalles de la entrega de West Point.
Pero el destino quiso que la conspiración se desvelara. Mientras regresaba a las líneas británicas, André fue capturado por milicianos estadounidenses. En sus botas, se encontraron los planos de West Point y documentos incriminatorios que revelaban la traición de Arnold.
A pesar de su encanto personal y de las súplicas de figuras como Alexander Hamilton, John André fue juzgado y ahorcado como espía el 2 de octubre de 1780. Arnold, alertado a tiempo, logró escapar y unirse a los británicos, donde continuó luchando contra sus antiguos camaradas.

Hoy, el nombre de Benedict Arnold sigue siendo un sinónimo de traidor en la cultura popular estadounidense, una cicatriz indeleble en la memoria colectiva. Su historia, si bien opaca sus valientes acciones iniciales, es un recordatorio de que los grandes eventos históricos son forjados no solo por héroes intachables, sino también por figuras con motivaciones contradictorias, ambición y, a veces, la más profunda deslealtad. Un legado que, incluso más de dos siglos después, sigue resonando en la narrativa de la fundación de una nación.
Fuentes: HISTORY; Smithsonian Magazine


Un papá y un rey crearon una idea: un gobierno mundial ¿Fracasaron?

Estuvo casi 1400 años en el olvido: la épica de un egiptólogo autodidacta y la coincidencia militar que reveló la clave para leer los secretos de los templos y las tumbas de los faraones por primera vez.

La historia oculta de la iglesia muestra la madre del emperador Constantino expulsó a los primeros cristianos de la iglesia del santo sepulcro.

En la antigua Grecia, una mujer dió los fundamentos a nuestra civilización y pocos conocen su historia.

¿Sabías que la economía fue el principal motivo de la caída de la Roma antigua?

Pitágoras no inventó el teorema que lleva su nombre, pero sí se adentró en la profundidad de los misterios de la realidad

Un papá y un rey crearon una idea: un gobierno mundial ¿Fracasaron?


Francisco de Goya, testigo de la barbarie, inmortalizó el horror de los fusilamientos para mostrar al mundo la crueldad del invasor. Su obra se convirtió en el espejo del sacrificio civil, encendiendo la llama de la revuelta popular que se extendió por toda España contra la tiranía francesa.

Un influyente premio Nobel desafía las ideas convencionales sobre el trabajo, argumentando que la competencia libre, y no los sindicatos ni las leyes restrictivas, es el único camino para una prosperidad laboral verdadera y compartida.

El Viaje Cabalístico de Cervantes a la luz del Zóhar